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Wednesday, December 19, 2012

FRANCISCO DE PÁJARO

EL ARTE ES BASURA
Diseñador y artista autodidacta, este chico de ZAFRA lleva años interpretando y readaptando la BASURA de las noches de Madrid, Barcelona e Ibiza.






http://www.franciscodepajaro.net/

Deberes en Navidad: ocho consejos para no perder el ritmo escolar

Hacer compatibles las vacaciones de Navidad y los deberes escolares de los niños puede resultar complicado. Algo que puede conducir a enfados y malos ratos en los días previos a la vuelta a clases. Este artículo, además de apuntar las funciones de los deberes escolares y el tiempo que se les debe dedicar de forma habitual, enumera ocho consejos para organizar el estudio durante las Navidades. Resalta también la importancia de la compañía de los adultos y cómo aprovechar mejor los últimos días libres.

La mitad de los niños (un 47%) pasa entre una y dos horas diarias realizando deberes, según concluye la última "Evaluación general del sistema educativo de la Educación Primaria", del Ministerio de Educación. Solo el 17% de los alumnos dedican a los deberes menos de una hora y el 30%, más de dos. Eso es válido durante los días lectivos. Ahora bien, ¿qué pasa durante las vacaciones de Navidad?
Maestros y profesores suelen encargar bastantes tareas durante las dos semanas de parón en Navidad. No es como en las vacaciones de verano, cuando los niños pueden desconectar del todo y olvidarse de la escuela. ¿Cómo organizarse, entonces? A continuación se ofrecen ocho consejos para organizar los deberes de los más pequeños en las fiestas navideñas.

1. Tiempo de descanso inicial
Al principio, lo recomendable es dar al niño algunos días libres, para que puedan disfrutar del descanso. Además, el inicio de las vacaciones coincide con la Nochebuena, la Navidad, reuniones familiares, salidas, regalos, etc. Para pequeños y adultos es momento de distenderse y dejar aparcadas las obligaciones.

2. Un poco de deberes cada día
Después de esos primeros días, sí es conveniente que los niños retomen sus tareas y que hagan un poco de deberes cada jornada. Puede ser media hora o 45 minutos diarios. Por dos motivos. Por un lado, para evitar que desconecten tanto de la escuela que al volver no recuerden los temas que estuvieran estudiando antes de Navidad. Y, por otro, impedir que se acumulen todas las tareas escolares al final de las vacaciones, lo que causaría agobios y berrinches durante sus últimos días libres.

3. Lograr un buen ambiente de estudio en Navidad
Es importante seguir algunas recomendaciones para que los niños hagan los deberes y ahorrarse disgustos, tensiones, rabietas y enfados, tanto de pequeños como de los mayores. Una de las principales es la de crear buenas condiciones para hacer los deberes.

El espacio de estudio de los niños debe ser tranquilo, cómodo y estar bien iluminado. Si el lugar de vacaciones en Navidad es la casa habitual del niño, podrá seguir realizando sus deberes en el mismo sitio de siempre. Si no -porque la familia se haya trasladado a la casa del pueblo, de abuelos, etc.-, será necesario buscar un lugar que reúna las mejores condiciones para dedicar el rato diario a los deberes escolares.

4. Una rutina de tareas escolares para el niño
Conviene crear, también durante las vacaciones, una determinada rutina. Hacer los deberes por la mañana, poco después del desayuno, es una opción que en general resulta acertada. Los niños están acostumbrados a estudiar por las mañanas, de modo que no les resultará extraño.

Además, durante las vacaciones, es habitual recibir visitas, salir o hacer excursiones; algo que ocurre con mayor frecuencia por la tarde.

5. Fuera distracciones navideñas durante el estudio
Es fundamental que, durante ese tiempo dedicado a los deberes, no haya ninguna distracción: ni un televisor encendido, ni videojuegos, ni ordenador, ni ningún otro entretenimiento.

6. Contar con la ayuda de un adulto
En cambio, sí es bueno que cerca del pequeño esté su padre, su madre o algún otro mayor que le acompañe y pueda ayudarle.

Esto no supone que el adulto resuelva por él los problemas que le hayan encargado, por supuesto. Pero sí que le apoye cuando se atasca, le ofrezca herramientas para pensar, le estimule y, al final, revise los deberes realizados.

7. Predicar con el ejemplo en Navidad
Una medida muy recomendable es que el adulto que le acompañe durante el tiempo de tareas predique con el ejemplo. Y, mientras que el niño hace sus deberes, haga él los suyos. Esto puede consistir en realizar cálculos de la economía hogareña, revisar u organizar facturas o leer un libro.

Esto, por un lado, motiva a los pequeños (que siempre quieren parecerse a sus mayores) y, por otro, le hace notar que sus estudios de hoy le servirán en el mañana.

8. Dejar unos días libres antes de Reyes
Como las vacaciones de Navidad terminan con la llegada de los Reyes Magos -y, claro está, sus regalos-, conviene que los niños terminen sus deberes uno o dos días antes. De ese modo, contarán con un par de jornadas libres para volver a despejarse antes de reanudar las clases. Y tendrán más energía para retornar a la rutina escolar, mejor humor y con los conocimientos frescos.

Y, además, podrán gozar al máximo del día de Reyes, de sus regalos y de un día en familia, sin agobios por tener que terminar deberes atrasados.

Antes de lavarse la cara ¡mirar el móvil!

Las 7:00 de la mañana. Suena el despertador, el joven somnoliento abre los ojos, bosteza, se estira en su cama y ahora ¿qué hacer? Levantarse a cepillarse los dientes o tomar una ducha para despejarse. No, el 90% de los jóvenes de la generación Y—entre 18 y 29 años— en todo el mundo revisa su teléfono móvil, actualiza correos electrónicos, envía mensajes y hasta entra en sus perfiles en redes sociales antes de levantar los pies de su cama. Estos según los últimos resultados del «Connected World Technology Report 2012» de Cisco.

Para esta empresa aunque hay 206 huesos en el cuerpo humano, el smartphone parece haberse convertido en el hueso número 207 para estos jóvenes. Según una encuesta realizada entre 1.800 estudiantes universitarios y jóvenes profesionales en 18 países, dos de cada cinco encuestados señalaron que «se sentiría ansiosos, como si les faltase una parte de ellos» si no pudieran usar su «smartphone» para estar conectado.

No se quieren perder nada
Este estudio revela que debido a su comportamiento y actitudes, se están creando una gran cantidad de data, que se genera gracias a la actividad diaria a través de estos dispositivos, sensores, cámaras de vídeo y otros aparatos conectados.

Según esta investigación la generación Y no se quiere perder nada, por lo que necesitan información en tiempo real, todo el tiempo. Nueve de cada 10 encuestados apunta que han añadido la revisión de su móvil a su ritual mañanero, que se completa con la vestimenta y la higiene. Un 29% ha apuntado que revisan tantas veces al día sus móviles que es imposible contabilizarlas de alguna forma. Es decir, viven para comunicar y estar conectados.

Para los empleadores, esto podría significar qye la fuerza de trabajo del futuro puede ser más ágil, más informada y más proactiva que la generación anterior.

Uno de cinco encuestados revisa su móvil para ver el email, enviar textos y actualizar sus redes sociales al menos cada diez minutos. En los Estados Unidos son dos de cada cinco.

¿Conexión o adicción?
El 60% de estos jóvenes inconscientemente o de forma compulsiva tratan de estar revisando su móvil. Las mujeres son las que más tienen este comportamiento compulsivo. Es un 85% versus un 63% en los hombres.

Otro 40% considera que se estarían ansiosos o sentiría que algo les faltaría si no pueden estar conectados a través de su móvil.

Pero no solo eso, los móviles han roto las barreras de los lugares más íntimos. Las línes son borrosas entre el trabajo, la vida social y la familiar ya que tratan de estar conectados en cualquier situación, lugar y hora. Por ejemplo, un 46% usa su móvil durante comidas y reuniones con amigos y familiares. 

O, por otro lado, tres de cada cuatro utilizan su móvil en la cama. y casi un tercio de los usuarios de smartphones lo usan en el baño.

Todo para la familia

Para evitar accidentes domésticos de los peques en Navidad


Los bebés y niños pequeños pueden sufrir accidentes domésticos a lo largo de todo el año. Pero en Navidad los riesgos aumentan por la presencia de objetos nuevos y de otras personas, no siempre familiarizadas con el cuidado infantil. Este artículo aporta datos sobre el problema de los accidentes domésticos infantiles y enumera seis claves para tener en cuenta durante estas fiestas, desde cómo elegir las luces, la decoración navideña y el árbol de Navidad, hasta precauciones en la cocina y para evitar caídas.

Según el informe de la Red de Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio, del Instituto Nacional de Consumo (que depende del Ministerio de Sanidad), cada año en el 11,6% de los hogares españoles se registra un accidente doméstico y en el 3,84% de esos incidentes están involucrados niños menores de cuatro años. Estos datos llevan a los expertos a la estimación de que cada año por esta causa resultan afectados más de 70.000 niños.

Los accidentes domésticos suponen un riesgo siempre, sobre todo cuando hay menores en casa. Y mucho más en Navidad, cuando la rutina salta por los aires y da lugar a hiperactividad, prisas y otras formas del estrés. Y si hay bebés y niños pequeeños, aún se hace más necesario extremar las precauciones.

A continuación se enumeran algunos consejos y recomendaciones para prevenir accidentes domésticos en los bebés y niños pequeños durante la Navidad.

1. Peligros para niños en el árbol de Navidad
No hay dudas que el árbol de Navidad es uno de los elementos más típicos de estas fechas y que mayor ilusión genera en los niños. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, porque un árbol puede estar lleno de potenciales peligros.

En la actualidad, la gran mayoría de los abetos navideños son artificiales. Conviene elegir un modelo ignífugo, que indique en la etiqueta su resistencia al fuego.

En los casos en que la elección sea todavía la de un árbol natural, es aconsejable regarlo (echar agua en su base y pulverizar sobre la copa) para procurar que el follaje resista sano la mayor cantidad de tiempo posible. Si se seca, las ramas se desprenderán y, además de ensuciar, serán un peligro si el pequeño se las lleva a la boca.

Hay que evitar, además, colocarlo en el suelo. Es mucho mejor ponerlo sobre una mesa u otro mueble, a una cierta altura que el niño no pueda alcanzar. Sobre todo porque los adornos, con sus formas y colores brillantes, siempre llaman la atención. El bebé querrá cogerlos y jugar con ellos.

Y, por supuesto, el árbol debe estar instalado de forma segura, firme y sólida, para reducir al mínimo las probabilidades de que se desplome.

2. Luces y accidentes en niños
Tanto el árbol como el resto de la casa suelen adornarse con multitud de luces de colores durante la Navidad. Cuando entra en juego la electricidad, los riesgos se multiplican.

No solo hay que tener cuidado con los enredos (el bebé puede asfixiarse con los cables). Hay que evitar que el niño se lleve a la boca alguna pieza desprendida del sistema de luces y prestar especial atención a los enchufes: las conexiones deben ser seguras y los cables encontrarse en perfecto estado.

Las luces de Navidad están compuestas por bombillas pequeñas y cables muy finos. Pasan encendidas muchas horas en cada temporada, por lo que su vida útil no es demasiado larga -mucho menos si son baratas-.

Por eso, hay que revisar a conciencia las luces guardadas para su uso de un año para el siguiente y evitar utilizar las que resulten demasiado viejas, ya que pueden tener daños minúsculos que deriven en cortocircuitos o que las hagan peligrosas por el simple contacto.

Por supuesto, siempre se deben apagar las luces (y de ser posible desconectarlas de la red eléctrica) al salir de casa, así como durante las noches, antes de ir a la cama.

3. Decoración navideña con riesgos
La decoración navideña tampoco está exenta de peligros para el bebé o niño. Si se opta por armar un belén en casa, es importante que las figuras no queden al alcance de las manos de los niños. Para ellos, será difícil distinguirlas de cualquier juguete y querrán usarlas como tales.

Los riesgos son sobre todo dos: la eventual toxicidad de sus materiales y que el pequeño se los lleve a la boca, lo que puede provocar que el niño se atragante con las piezas o los fragmentos de las que estén rotas.

4. Elementos cortantes en los regalos de Reyes
Durante la entrega de regalos de Reyes o Papá Noel, la precaución debe ser doble. Por un lado, es importante cuidar qué se regala. Además de ser juguetes u otros productos adecuados para su edad, hay que tener en cuenta que si son para niños muy pequeños, no deben incluir piezas diminutas, que puedan llevarse a la boca. Tampoco deben incluir partes como bolsas de plástico o similares, con las que pudieran asfixiarse. Lo más idóneo es que resistan a los golpes fuertes, ya que a los niños les gusta experimentar con ellos y muchas veces esto consiste en arrojarlos contra el suelo o golpear unos contra otros.

Por otro lado, también hay que poner mucha atención durante el momento de abrir los regalos. A menudo se emplean tijeras, cuchillos u otros elementos cortantes para abrir los paquetes y la emoción del momento puede generar distracciones. Los niños pequeños parecen tener un imán para los objetos peligrosos y descuidarse un segundo equivale a que uno de esos instrumentos acabe en sus manos.

5. Riesgos en la cocina para el bebé
La cocina es un lugar lleno de riesgos para los niños: utensilios cortantes, objetos pequeños, mangos de ollas, sartenes sobresaliendo por encima de las cocinas o encimeras, líquidos a altas temperaturas e, incluso, productos tóxicos.

Al igual que en otros ámbitos, en este conviene extremar los cuidados durante estas fechas, ya que son días más dados a las distracciones. Lo recomendable es que los niños tengan vedado el acceso a la cocina.

6. Caídas, más frecuentes en las fiestas
Las caídas del bebé o niño es un riesgo no solo presente en Navidad. Pero en esta época puede darse con mayor facilidad, dadas las prisas y la posible presencia de un número mayor de personas en casa. Según el informe de la Red de Detección de Accidentes Domésticos, las caídas son, con diferencia, la principal causa de accidentes domésticos: el 41,4% se deben a ellas.

Los bebés son muy propensos a perder el equilibrio y caerse. En Navidad puede agravarse por la existencia en el suelo de obstáculos (cables u otros objetos) o trampas: juguetes con ruedas, papeles que resbalan, etc. Incluso son frecuentes los choques con los adultos.

Cuando hay niños pequeños en la casa es importante mantener los suelos limpios y despejados. También es de suma importancia que los mayores presten atención al darse la vuelta y vigilen los lugares por donde caminen.
 

Tuesday, December 4, 2012

Visitamos La Alumeda



1.     Itinerario.

Excursión a la Catedral de la Almudena, miércoles 5 de diciembre del 2012.
Nos reuniremos todos en el patio a la 11 de la mañana y nos agruparemos en filas por cursos y grupos, para salir del colegio a las 11:15. (Traer la comida del recreo).
Como está relativamente cerca y no hay nada mejor que un buen paseo matutino por Madrid, iremos caminando (aproximadamente unos 35-40 minutos).




Muy importante: Seguir las instrucciones de los profesores e ir siempre por la acera.


Directrices a seguir para llegar a La Almudena caminando (2 km):


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1. Dirígete al oeste por Ronda de Atocha hacia Calle Mallorca
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160 m

2. Gira a la derecha hacia Calle de Valencia
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300 m

3. Continúa por Plaza de Lavapiés.
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89 m

4. Continúa por Calle de Lavapiés.
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400 m

5. Gira a la izquierda hacia Plaza de Tirso de Molina
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26 m

6. Gira a la derecha hacia Calle de Relatores
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170 m

7. Gira a la izquierda hacia Calle de Atocha
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190 m

8. Gira ligeramente a la izquierda para continuar en Calle de Atocha
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63 m

9. Continúa recto hacia Plaza de Sta Cruz
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18 m

10. Gira a la derecha para continuar en Plaza de Sta Cruz
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55 m

11. Gira a la izquierda hacia Calle de Zaragoza
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73 m

12. Gira a la derecha hacia Plaza Mayor


180 m

13. Continúa por Calle de Ciudad Rodrigo.


61 m

14. Gira a la derecha hacia Calle Cava de San Miguel
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9 m

15. Gira a la izquierda hacia Calle Mayor
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400 m

16. Gira a la derecha hacia Calle de Bailén
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34 m

17. Gira ligeramente a la izquierda para continuar en Calle de Bailén
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29 m

18. Gira ligeramente a la izquierda para continuar en Calle de Bailén
El destino está a la izquierda.
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51 m


Catedral de Santa María la Real de la Almudena
Calle de Bailén, 10
28013 Madrid

Una vez hemos llegado, sobre la 12 de la mañana, haremos un breve descanso (15-20 minutos) para reponer fuerzas comiéndonos los aperitivos que hemos llevado. Los profesores aprovecharan este break time, para realizar unas preguntas introductorias sobre La Almudena (lluvia de ideas).

2 .      Descripción de La Almudena

La  Catedral de la Almudena:
Podemos situar los orígenes de La Catedral de la Almudena en la pequeña iglesia de Santa María de la Almudena, de origen medieval, que se emplazaba a pocos metros de la actual catedral. En aquella época había una gran duda sobre la pequeña parroquia. La duda era si mejorar la pequeña parroquia o crear una nueva, para darle grandiosidad a nuestra virgen. Finalmente, Madrid se convirtió en la capital del país, y en 1879 la reina compra un solar, junto a la Plaza de la Armería, para la construcción de una majestuosa catedral de 73 metros de altura.

El día 15 de junio de 1993, coincidiendo con un viaje del papa Juan Pablo II a España, esta, La Almudena, fue consagrada. La Almudena pasó a ser la única catedral española dedicada por un papa.

La catedral posee un museo propio en el que se reúnen decenas de objetos que nos cuentan la historia de la diócesis* de Madrid. Además tenemos la oportunidad de subir a la cúpula para observar las maravillosas vistas de  Madrid desde las alturas.

*Diócesis: Distrito o territorio en que tiene y ejerce jurisdicción espiritual un prelado, como un arzobispo, un obispo, etc.